lunes, febrero 18, 2008

POR LOS OJOS DE RAQUEL MELLER *
Es un contrasentido encerrar en un hombre, dotar de exactitud a un género que por naturaleza tiende al infinito: la música escénica. El acervo musical español no merece ser definido más que por sus extensas matrices rítmicas (llámense pasodoble, tirana, jácara, zambra, seguidilla...) poético-literarias (cultas y populares, con sus híbridos bailando en la estrecha franja de separación); y no por la estrechez estilística que delimita el lugar común ávido de castraciones desde el ámbito políticosentimental; aunque este lugar sea hermoso como la zarzuela, la tonadilla del XVIII, XIX y XX, el cuplé, arte frívolo, copla, género ínfimo, folclore, nacionalismos...facetas que a veces se solapan y casi siempre se contagian.
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No pretendo en mis creaciones más que, de infiltraciones y lastre heredados, liberar la música nativa. No resucitar, respirarlas ahora. De HUGO PÉREZ (Sala Tribu Eñe)

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