LOUIS BOURGEOIS
La madre...avanza a gandes pasos, llevados por la revuelta, contra el día de su nacimiento y el clítoris de su madre impura. (Lautréamont)
De mi vientre nacieron los espectros,
las primeras angustias y los filos
que cortaron el rostro de la asfixia,
se formaron de día entre las sombras
mientras yo descolgaba las cortinas
de una piel tan extraña como propia.
Tocaron a la puerta y ya no estaba
aquel perfume denso de sus manos,
en su lugar una silueta enorme
reptaba por el suelo hacia mi cara
embadurnando la pared con lodo
y mis pulilas y mi sexo abierto.
Maldito niño del ocaso, tienes
las marcas de mis dedos en los dientes
y masticas los brillos que te ofrezco;
cerrar las piernas, sí, cerrar las piernas
ahogando tu cabeza de granizo,
maldito niño del color del pánico.
La piel del vigilante. RAUL QUINTO
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