ligera fuerte como viento y peña,
el bravo mar con ocasión pequeña
rompe, sorbe, deshace, ahoga, arrasa.
La ciudad fuerte o respetada casa
qu de tratar las nubes se desdeña,
con breve curso el Tiempo nos la enseña
rota, humilde, asolada, yerma y rasa.
La ignorancia mortal que se alimenta
de bárbara ambición y se presume
potente, firme estable, altiva, osada,
baje la rueda, reconozca y sienta
que en un punto la muerte la resume
en humo, en polvo, en viento, en sombra, en nada.
Atribuido a QUEVEDO
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