martes, julio 22, 2008

META-MANIFIESTO

El 21 de julio de 2008 ABSURDITA escribe la siguiente epístola a Virago y a Estupor:

Esta mañana pensaba que los géneros literarios son como las funciones informáticas. Uno les aporta una serie de parámetros y el resultado es el texto. Habría una función, por ejemplo policial negro(x1,x2,x3,x4...), donde x1 puede ser "anciano ahorcado", x2, "una chica pelirroja", x3 ,"Buenos Aires", x4, "medias de mujer" y así. La función devolvería un relato policial (habría infinitos resultados posibles para una combinación dada de parámetros; o quizá un número finito, pero desconocido e inestimable). Lo que ocurre dentro de la función, lo que hace que policial negro sea distinto de novela de aventuras... no lo sabemos. Es un misterio. Está en el código fuente y está encriptado.

En realidad, estaba pensando en los manifiestos. En qué cosa tan triste y divertida son los manifiestos. Son como el primer día de verano, el más largo, el que anuncia que a partir de entonces los días siguientes serán más cortos (muchas cosas son como el primer día de verano). Habría que tener una palabra parecida a oxímoron, por ejemplo, que significara "lo que contiene el fin desde el comienzo". Los manifiestos tienen ese tono de profecía autocumplida, de fracaso pronosticado (tienen algo, también, del pronóstico meteorológico, esa latencia del error). ¡Y los nombres! Manifiesto Antropofágico, Manifiesto Futurista, Manifiesto Neoconcreto, Manifiesto McOndo, Manifiesto SCUM...

Entonces estaba pensando que deberíamos escribir manifiestos. ¿Por qué privarnos de escribir como si estuviéramos segurísimos de todo, privarnos del placer de creer que podemos identificar a nuestros enemigos? El manifiesto constante, el manifiesto contra todo, motivos para manifiestos; escribir listas e inventar movimientos.

Ahora no puedo sugerir nada más. Creo que es un proyecto que puede durar toda la vida. Habrá que seguir ajustando los detalles.

lunes, julio 21, 2008

GRAVEDAD
Para Antón
Sistema solar según Copérnico.

Centro de gravitá permanete, Franco Battiato.