lunes, marzo 21, 2011

Cupido fabrica una flecha
Parmigianino, c. 1533

Es cierto que hay en nuestros ojos una fuente de luz, y que ella pone sin cesar sus rayos hacia fuera, ya sea para iluminar los objetos y hacérnoslos visibles, ya sea para traer las imágenes de estos mismo objetos nos envían (...). Estos trazos luminosos no son sino espíritus que están desligados de su naturaleza, entrando fácilmente en los ojos de uno, lo que ha salido de los ojos de otro; como son tan sutiles, penetran y se deslizan insensiblemente por las arterias y por las venas; y habiendo estado formadas en el corazón de quien las envía, van a parar al corazón de quien las recibe (...). Pero si estos humanos se encuentran conformes, este Círculo se cierra en un Amor recíproco que produce de golpe este Simpatía, y de ahí se conoce que ésta no solamente es la fuente es la fuente de donde deriva el Amor, sino el termino en que desemboca.

Morale Galante (1669) Le Boulanger

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