jueves, mayo 05, 2011

En áspera cerrada oscura noche,
sin ver jamás el esperado día,
y en contino crecido amargo llanto,
ageno de placer, contento y risa
merece estar, y en una viva muerte,
aquel que sin amor pasa la vida.

¿ Qué puede ser la más alegre vida
sino una sombra de una breve noche,
o natural retrato de la muerte,
si en todas quantas horas tiene el día,
puesto silencio el congojoso llanto
no admite del amor la dulce risa?

Do vive el blando amor, vive la risa,
y a donde muere, muere nuestra vida,
y el sabroso placer se vuelve en llanto,
y en tenebrosa sempiterna noche
la clara luz del sosegado día,
y es el vivir sin él amarga muerte.

Los rigurosos trances de la muerte
no huye el amador, antes con risa
desea la ocasión, y espera el día
donde pueda ofrecer la cada vida
hasta ver la tranquila última noche,
al amoroso fuego, al dulce llanto.

No se llama de amor el llanto llanto,
ni su muerte llamarse debe muerte,
ni a su noche dar titulo de noche:
su risa si llamarse debe risa,
y su vida tener por cierta vida,
y solo festejar su alegre día.

¡O venturoso para mí este día
do pido poner freno al triste llanto,
y alegrarme de haber dado mi vida
a quien dármela puede, o darme muerte!
¿ mas que puede esperarse sino es risa
de un rostro que al sol vence y vuelve en noche?

Vuelto ha mi escura noche en claro día
Amor, y en risa mi crecido llanto,
y mi cercana muerte en larga vida.

Miguel de Cervantes

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